Hacía un tiempo que no escribía en el blog y lo siento mucho. La verdad es que he estado haciendo serias reconsideraciones. No solo sobre mi modelo de negocio y sobre cómo voy a enfocar este blog, sino reflexiones más profundas sobre como va a encajar todo con mi lifestyle desde una postura más holística.
Los que sois o vais a ser emprendedores sabéis bien a lo que me refiero. Emprender no es pasear por veredas seguras, es más bien trazar tu propio camino machete en mano abriendo caminos en lo desconocido.
Pues bien, la sequía ha acabado y es que el tema de hoy lo merece.
Hoy te voy a hablar de por qué es erróneo basar tu modelo de negocio en las redes sociales. O dicho de otro modo por qué no deberías poner todos los huevos en la misma cesta.
Todo muy de sentido común pero a veces hace falta hacer un poco de hincapié en ello.
Y como para tratar este tema (y cualquier otro) no hay nada mejor que hacerlo con un ejemplo práctico, te traigo lo que le ha estado pasando estos días atrás a “Eli, the computer guy“, un conocido youtuber americano que trata temas tecnológicos.
Vamos al lio, pero antes un poco de marco conceptual para aclarar un poco el tema.
Índice de contenidos:
¿Cómo que es un error basar mi negocio en las redes sociales? -Te preguntarás.
Si el Social Media es lo más de lo más, lo mejor, la pera limonera,… No en vano gracias a ellas podemos llegar a viralizar nuestro contenido y tener un impacto significativo sobre miles de personas. ¿Qué digo miles? ¡Millones! ¿Y qué problema hay con eso?
Pues en realidad ninguno. El objetivo de este artículo no es ni mucho menos despotricar sobre las redes sociales. De hecho son una herramienta de lo más útil y es por ello que la mayoría de nosotros la usamos.
Lo que pretendo con este artículo es situar un poco el social media en lo que es: una forma increíble de atracción de tráfico a tu proyecto.
Y en la mayoría de los casos no debería ser nada más que eso, ya que depender demasiado de plataformas externas entrañe riesgos tales que pueden acabar siendo el fin de tu proyecto, y si este es tu principal fuente de financiación tendrás un problema realmente serio en todos los aspectos.
Y esto es precisamente a lo que ha estado enfrentándose el bueno de Eli. ¿Te apetece que siga?
El surrealista caso del youtuber “Eli the computer guy”
Eli es un experto en temas tecnológicos que tras una dilatada carrera y al ver su economía seriamente comprometida tras la crisis de las hipotecas subprime (ya sabes, lo de Lehman Brothers y todo eso), decidió empezar a subir vídeos a Youtube.
A medida que sus suscriptores aumentaban y viendo el éxito que iba macerando, Eli decidió hacerse “youtuber profesional” y hacer de la plataforma el pilar fundamental de su estructura financiera personal. O sea, decidió basar su modelo de negocio en las redes sociales, lo cual es tremendamente arriesgado como veremos a continuación.
Eli vivía feliz. Tenía un canal con más de 600.000 suscriptores y acumulaba millones de visitas (por cierto Youtube paga según la temática entre otros factores). Así que gracias a tener un negocio en las redes sociales exitosos podía tener el lifestyle que anhelaba y hacer cosas como pasarse 9 meses viajando por Estados Unidos en su caravana sin que sus ingresos mermaran.
Hasta ahí todo bien, ¿no?
Pues bien, hace unos días, y después de 7 años en Youtube y más de 900 vídeos subidos, Eli recibió un aciago email informándole que debido a un vídeo que subió hacía dos años y medio, en el que básicamente explicaba que los puntitos que vemos cuando ponemos el password no significan que la información esté encriptada, había sido penalizado.
Os dejo el vídeo en que lo explica. Está en inglés (espero que no sea un problema):
La penalización, o el primer strike como lo llaman ellos, tenía consecuencias como la imposibilidad de hacer vídeos de más de 15 minutos o hacer emisiones en tiempo real mediante Hangouts durante 6 meses.
Quizás para la mayoría no supusiese mayor problema, pero para Eli era letal porque le afectaba precisamente a lo que le diferencia del resto: vídeos largos de alrededor de una hora y cursos en directo.
Así que te puedes imaginar como le sentó.
Eli intentó apelar la sanción y ponerse en contacto con Youtube pero ésta fue desestimada y no pudo ponerse en contacto con nadie para que le dieran explicaciones sobre el por qué de la sanción.
Algo que debes saber es que ponerse en contacto con alguien tanto de Youtube como de cualquiera de las otras grandes redes sociales es prácticamente imposible. Y si crees que se ha cometido alguna injusticia contigo no te quedará otra que el afamado ajo y agua. Así son las cosas.
Así que te puedes imaginar el estado de ánimo de Eli. Había basado su negocio en las redes sociales y se había dado cuenta de que había construido un castillo en la arena.
Sin embargo, después de haber sido sancionado y que se le negara el recurso, de buenas a primeras y sin ningún comunicado ni motivo aparente, se le levanta la sanción y el canal vuelve a disponer de buena salud.
Increíble, ¿no?. A estas alturas imagínate el cabreo de Eli.
De un día para otro se tambalea su economía personal. Más tarde de repente ya no hay problema. Y todo esto sin que pueda mediar palabra con nadie de Youtube para saber a que atenerse.
Así que Eli decide que no quiere vivir en tal incertidumbre. Es un afamado profesional, un líder de opinión, y si bien el golpe de Youtube ha sido duro, existen otras alternativas a explorar.
Así que comunica que va a empezar un podcast en Soundcloud (de ahí la pantalla naranja). Ya que ahí, aunque sigue haciendo negocio en las redes sociales, tiene más control sobre su contenido.
El va contando todo el proceso en tiempo real, y es algo que personalmente agradezco porque evidencia a las claras los riesgos de basar tu modelo de negocio en las redes sociales, y es algo a lo que todos estamos expuestos.
En realidad lo que más le molesta no es ni siquiera la penalización. Es sentirse ninguneado por Youtube después de tantos años de trabajo, es la incertidumbre y el no saber a que atenerse. Piensa que si ha sido penalizado por un vídeo que grabó hace dos años y medio sin que se le diera ninguna justificación. ¿Qué será lo que le deparará el futuro con cualquier modificación del algoritmo o viraje en la política de la empresa?
Sin embargo la historia sigue y unos días después recibe un email de uno de los socios de Youtube comentándole que entiende la situación, que la penalización había sido una falsa alarma y que intentará hacer lo que pueda por solventarla. No es directamente de Youtube pero al fin es una persona. ¡Aleluya!
Así que en esas estamos. Eli sigue promocionando su podcast en Soundcloud y aunque el problema al parecer se ha resuelto, él sigue tremendamente indignado con Youtube por lo que el entiende que es un maltrato a los creadores de contenido.
Seguimos con la historia.
El revuelo es inmenso. Su audiencia al movilizarse ha conseguido sus objetivos porque Youtube parece que al final empieza a darse por enterado. Y aquí llega por fin un email personalizado de Youtube felicitándole porque la sanción había sido una false flag y ya no hay problemas.
¿Felicitaciones? Eli no quiere felicitaciones. Quiere una explicación, una disculpa y garantías de que no vaya a volver a pasar.
Ahí está el tío.
Como ves, la pantalla de Soundcloud sigue activa. Eli ha soltado un órdago y el tío lo mantiene.
Eli ha hecho mucho dinero con Youtube, pero Youtube también con él. Aunque a estas alturas el dinero no creo que sea un problema. Y menos para Google que no es precisamente “Talleres Paco“.
Lo verdaderamente importante aquí es que Eli tiene cierta fuerza y el mensaje que está lanzando es claro: -“Ey, creadores de contenido del mundo, cuidado con Youtube porque ya veis lo que me está pasando a mi”.
Eso es en mi opinión lo relevante para Youtube. Y de ahí el último vídeo de la saga.
Se acabó la pantalla naranja de Soundcloud. Eli ha conseguido lo que quería.
Youtube reacciona y no solo se disculpa sino que le ponen un Partner Manager. ¿No está mal, no? La verdad es que es brutal. Muy poca gente lo consigue.
Básicamente lo que Eli ha conseguido es que aparte de consejos y derivados que le traen sin cuidado, tiene acceso directo a la gente real de Youtube en caso de que tenga algún problema. Lo cual reduce considerablemente los riesgos de basar tu modelo de negocio en las redes sociales.
Y aquí termina la saga de Eli Vs Youtube.
Eli seguirá haciendo vídeos, pero también podcast en un intento de diversificar más sus fuentes de ingreso.
Después de ver la interesante y ajetreada aventura de Eli the computer guy, yo saco varias conclusiones que para mi son impepinables. Aunque por supuesto estoy más que dispuesto a debatirlas contigo.
- No solo es buena práctica sino que es lo más aconsejable del mundo tener tu contenido alojado en un sitio del que tu seas propietario. Ni redes sociales, ni wordpress.com, ni leches. Tu casa, tus reglas.
- Siempre que sea posible las conversiones han de depender de tu sitio web. Existen por supuesto excepciones. Pero tu sitio web ha de ser la piedra angular del embudo de conversión que diseñes.
- Diversifica tanto las fuentes de ingreso como las de tráfico. Todos estamos expuestos a que un día por cualquier motivo estúpido nos cierren el canal de Youtube, la cuenta de Facebook o Twitter. Si dependes demasiado de una en particular puedes tardar horrores en recuperarte y mañana los niños comen lentejas y hay que pagar la luz.
- No todos somos Eli. Quizá 635.391 suscriptores no te parezcan muchos, pero tratándose de un canal nicho es una barbaridad. No lo compares con los gamers o los canales de humor. La historia de Eli acabó bien por ser quien es, pero si nos pasa a nosotros tenemos todas las papeletas de que no lo haga.
Y hasta aquí el post de hoy. Espero que te haya gustado y ya sabes que los comentarios son más que bienvenidos.
La verdad es que de esta historia se pueden aprender muchas cosas y con ese objetivo la he traído al blog.
Muchas gracias por leer y aquí estoy para lo que haga falta.
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