Hoy traigo un vídeo de David Suzuki que me ha causado una gran impresión y me ha hecho reflexionar bastante.
Por eso me gustaría compartirlo contigo.
No tiene que ver con el márketing, con el diseño web o con el mundo de los emprendedores.
Al menos no directamente.
Pero si te paras a pensar un momento llegarás a la conclusión de que todo tiene que ver con todo. Nos guste o no, el mundo es así.
Dejo que veas el vídeo y comentamos. ¿Te parece?
Impresionante lo sencillo e irrefutable de lo que nos plantea, ¿no?. Y preocupante… Al menos a mi me lo parece.
El crecimiento exponencial de la población y el consumo de recurso en consecuencia nos lleva a un único destino: La ruina.
Pero antes que nada te invito a conocer un poco a David Suzuki.
Índice de contenidos:
¿Quién es David Suzuki?.
David Suzuki es un canadiense octogenario doctor en zoología y profesor en genética conocido por su activismo por la protección del medio ambiente.
Al margen de todo su trabajo académico, David Suzuki será siempre recordado por su trabajo como divulgador tanto en radio como en televisión y ha sido escritor de varios libros sobre la materia.
La verdad es que me confieso bastante ignorante de su legado, pero prometo propósito de enmienda porque seguro que es de lo más interesante e instructivo.
Creo que empezaré con el documental “La naturaleza de las cosas”. Ya te contaré que tal. Pero no creo que David Suzuki me defraude.
En el blog de la fundación Suzuki puedes encontrar más sobre sus reivindicaciones, proyectos e ideas. La verdad es que no tiene pérdida.
Dicho lo dicho y ya que soy ferviente creyente de que las idea trascienden a las personas. Me gustaría compartir contigo un par de reflexiones a las que me ha llevado este vídeo.
No digo que esté en lo cierto. De hecho, es posible que dentro de un tiempo piense algo diferente. Pero es lo que creo ahora, y por eso lo dejo plasmado aquí.
Crecer sin control. El riesgo de vivir en una burbuja.
No tenemos otro planeta. Es un hecho.
Ni lo tenemos ni lo tendremos. Por mucho que avance la ciencia no le dará tiempo a adecuar para la vida nuestra mejor alternativa, Marte.
Creerlo es una pura utopía.
Sin darnos cuentas estamos introduciendo ingredientes en una coctelera que solo nos lleva a un desenlace: el desastre total y absoluto.
Fíjate bien en la obscenidad de la ecuación que se nos plantea.
En los últimos años hemos sufrido una revolución tecnológica que ha desembocado en el boom de Internet y por lo tanto en el intercambio de información entre personas. Es algo bueno.
Como consecuencia de la revolución tecnológica y de Internet nos hemos hecho mucho más eficientes y productivos. Es algo bueno.
Y como consecuencia de ellos hemos multiplicado varias veces la producción tanto de alimentos, como productos de primera necesidad o de consumo. Eso es bueno.
Con ellos hemos creado un excedente y una calidad de vida que nos ha permitido tanto vivir más años como morir menos. Eso es bueno.
Consecuencia: un crecimiento de la población mundial brutal. ¿Eso es bueno?
Claro, una ecuación en el que todas sus variables son positivas no puede tener nunca un resultado negativo. ¿o si?
Pues aquí está la trampa. Sería así si no se hubiese sacado sacado de la ecuación una variable fundamental: La sostenibilidad.
Pero se ha sacado y se ha ignorado y más temprano que tarde pagaremos las consecuencias. De eso no hay duda.
David Suzuki lo deja muy claro. O actuamos ya o cuando queramos darnos cuenta será demasiado tarde.
Los crecimientos exponenciales conlleva también un crecimiento del peligro exponencial.
Estamos viviendo una burbuja. Y en España hemos aprendido muy bien por las malas lo que ello conlleva. Consumimos a una velocidad muchísimo mayor de lo que los recursos naturales pueden regenerarse.
El día que estos recursos se agoten estallará la burbuja. Igual que con la crisis, nadie podrá imaginarlo unos meses antes. Pero pasará, y las consecuencias serán tan rápidas y letales que al mirar al pasado para buscar las causas nos parecerá mentira que no hiciésemos nada por evitarlo con las evidencias que todos teníamos.
Pero no lo hicimos.
¿Callejón sin salida o laberinto de final incierto?
David Suzuki nos plantea en el video que en el minuto 59, los recursos que van a la economía del mundo de las bacterias se destinan a la ciencia y en ese solo minuto multiplican los recursos por cuatro.
Lo cual les da un par de minutos más de margen.
Y yo me pregunto una cosa.
¿Y si no estamos en el minuto 59 como defiende David Suzuki?
¿Y si ya hemos consumido el tiempo y estamos en el descuento?
David Suzuki en el vídeo nos plantea que las bacterias científicas crean otras cuatro probetas que asimila en su metáfora a la conquista de otros planetas.
Pero dado que esa idea no será posible, al menos de forma masiva, yo me pregunto si ese incremento de la productividad y los recursos por 4 no será lo que ya hemos experimentado con las sucesivas revoluciones que hemos vivido.
Párate un segundo a pensar.
¿Cuánto se ha multiplicado la producción mundial en los últimos 30 años?
Te recuerdo que hace 30 años lo más avanzado que se usaba para comunicarse era el fax.
¿Cuánto más somos capaces de producir con los nuevos materiales, motores más eficientes, tecnologías de la información, maquinaria de todo tipo, robótica,…?
¿Cuántas personas hacen falta para cultivar un campo de una hectárea? ¿Y hace 30 años?
¿Cuántas personas hacen falta para fabricar una mesa de playa? ¿O cuantas se pueden fabricar por minuto? ¿Y hace treinta años?
Sinceramente no tengo el dato. Y dudo mucho que alguien tenga datos fidedignos sobre cuánto ha aumentado la productividad en los últimas décadas.
No por nada, sino porque si lo supiéramos el siguiente paso sería preguntarse a donde han ido a parar las inmensas plusvalías generadas. Y eso no interesa.
Me explico: si un trabajador medio ha aumentado su capacidad adquisitiva por un 300% en los últimos 30 años pero su productividad ha aumentado por 1000% gracias a los avances tecnológicos. ¿Dónde ha ido a parar esa diferencia de un 700%?
No es difícil imaginarlo, pero dudo que lo sepamos antes de que sea demasiado tarde.
Pero centrándonos en el vídeo, David Suzuki postula que estamos en el minuto 59 de su modelo. Pero me preocupa que estemos en realidad en el 61. Y lo peor de todo es que no lo sabremos hasta que sea demasiado tarde.
Mientras hay vida hay esperanza
No quisiera terminar esta reflexión con un carácter lúgubre y pesimista.
David Suzuki no lo hace y tampoco está en mi naturaleza. Tanto en este como en otros videos el mensaje es optimista. David Suzuki nos avisa, no nos condena, y va a depender de lo que hagamos a partir de ahora lo que pase en un futuro próximo.
El cambio que ha supuesto Internet también es muy esperanzador. Todos estamos mucho más informados y las redes de personas comprometidas y conciedadas crecen como la espuma. Y proyectos como change.org están consiguiendo cambios reales transcendentales en nuestro día a día.
Solo nos queda esperar que seamos lo suficientemente flexibles para virar antes de que nos colisionamos con el iceberg como otrora le pasase al Titanic.
Concienciarnos y concienciar es lo menos que podemos hacer. Volvernos unos consumidores justos e implicados, teniendo siempre en cuenta a donde va a parar nuestro dinero es un factor fundamental en el proceso que ha devenir si queremos salvar los muebles.
Y con herramientas como Internet se pueden dejar de lado a numerosos intermediarios buitres que nada aportan y conseguir entre todos una economía más justa, más eficiente y más sostenible.
Yo por mi parte haré lo que pueda por conseguirlo.
Muchas gracias por leer y te lo agradecería todavía más si dejaras un comentario con tu opinión sobre el asunto.
¡Hasta la próxima!
Excelente artículo!!!
¡Muchas gracias por el comentario!