
Si bien es cierto que el término de niños nativos digitales todavía no es un término con el que nos encontremos totalmente familiarizados no me cabe duda de que pronto lo será. Y muchos temblarán…
No se la edad que tendrás pero si tienes más de 25 años serás consciente de lo mucho que ha cambiado el mundo en estos años. Y más concretamente lo que ha cambiado la infancia y su entorno.
Una barbaridad, ¿no?
Siempre los paradigmas cambian entre una generación y otra pero es evidente que en esta ocasión lo han hecho de forma exponencial y desembocar en lo que muchos han calificado como una batalla generacional.
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Ser un niño “analógico” no estaba tan mal.

Hace tan solo 20 años la mayor parte del tiempo de ocio los niños lo empleábamos en estar con los amigos y a jugar a juegos digamos “no digitales“
Jugábamos a las canicas, con los clicks de playmobil, los masters del universo, juegos de mesa,… o juegos más físicos como fútbol, bicicletas, trompos, etc. Al menos los niños. Las niñas solían jugar a otras cosas también no digitales, mucho más aburridas en mi opinión, y que acarreaban problemas de sexismo que todavía a día de hoy seguimos padeciendo.
Fuese como fuere casi siempre estábamos en la calle o con amigos. Quiero decir “físicamente con amigos“.
También es cierto que existían consolas y ordenadores (al menos para mi generación que fuimos los primeros en tenerlos). Personalmente yo tuve un Spectrum 128k con disquetera (porque los había con cintas de casete) y luego una Supernintendo. Y he de reconocer que me encantaban.
Pero era caro. Muy caro. Cada juego salía alrededor e 10.000 pesetas que al cambio vienen a ser unos 60€. Lo cual viene a ser una pasta en el sueldo de una persona de los 80 (y ahora también por cierto). Conclusión: yo podía comprar dos juegos al año. Ni pirateo, ni ofertas de Internet, ni nada. Así que pasábamos mucho tiempo haciendo otras cosas que tampoco estaban nada mal. Y como yo la mayoría. Por no hablar de la poca variedad en la materia.
Así que no quedaba otra alternativa al aburrimiento que socializar.
Del palo a la tablet. Las cosas cambian.

Hoy las cosas han cambiado mucho. Y si bien puede ser que a los ojos de nuestra generación los niños de ahora no “disfrutan” de su infancia o no tanto como nosotros recordamos que lo hacíamos, lo cierto que es que mirado retrospectivamente todo tiempo pasado fue mejor, lo cual es intrínsecamente falaz y pasa en todas las generaciones, a nosotros nos reprochaban que no nos sabíamos los ríos de España y cosas parecidas alegando las consecuencias de una educación demasiado laxa. Y así generación tras generación.
Aunque es cierto que los cambios intergeneracionales se han acelerado, debemos ser justos y ni los juegos antiguos eran tan magníficos ni los juegos actuales tan destructivos. Cada cual tiene sus pros y sus contras.
Pero hay una cosa que debemos tener en cuenta y ser objetivos aunque nos cueste y es que nuestra infancia nos sirvió para prepararnos para un mundo que ya no existe. Esa es la fría, cruda e impepinable verdad. No digo que no tuviera sus ventajas, que las tiene, sino que a muchos, dependiendo de cada caso, les está suponiendo un sobresfuerzo adecuarse al nuevo paradigma en el que vivimos y algunos tristemente no llegarán a asimilar todos los cambios que hemos experimentado y los que quedan por llegar.
El mundo ha cambiado, valores como la memoria han sido remplazados por otros como la creatividad. Un mundo en el que tenías que adecuarte a lo que tu entorno más inmediato te ofrecía ha sido remplazado por otro en el que las fronteras se han derrumbado y las expectativas profesionales se han ampliado una enormidad.
Lo cual en mi opinión es una buena noticia para todos. El cambio de valorar lo que has estudiado a valorar lo que sabes hacer y cómo lo sabes hacer es de lo más prometedor y si bien hay muchos que sufrirán el aumento ingente de posibilidades vitales estoy seguro que tanto a ti como a mi nos llena de alborozo.
Se acabaron los 40 años haciendo el mismo tedioso trabajo al que te pagan por horas. Se acabó el calentar sillas. Se acabó el ser un jarrón chino en un piso pequeño. Se acabó el vivir por pasión.
Evidentemente no para todos, pero la oportunidad del nuevo paradigma se abre para todos y los que no la acepten por suerte o por desgracia quedarán relegados.
Es el mundo que está por llegar. Un mundo más dinámico, menos estable, más peligroso, pero también más divertido.
Al menos yo lo veo así.
Prepárate para la próxima batalla generacional

Pero debemos estar preparados. Los niños nativos digitales nos pondrán las cosas difíciles. Lo que nosotros hemos ido interiorizando a través de los años para ellos es la realidad en la que se han desenvuelto desde que tienen uso de razón. Y eso les da una ventaja competitiva nada despreciable.
Todavía queda un poco, así que tranquilos, pero a partir del 2020 más o menos esos niños nacidos en la era de Internet empezarán a entrar en el mercado laboral y la competencia de la inminente batalla generacional promete ser brutal.
Por eso la única defensa posible que tenemos es formarnos, formarnos y formarnos, para que cuando el día llegue no nos pille con taparrabos y garrote.
Personalmente yo no tengo ningún miedo y de hecho estoy convencido de que lo que yo llamo una “batalla generacional” en realidad se traducirá en ganancia para todos y si sabemos entender y conciliar el pasado con el futuro las expectativas serán de lo más halagüeñas.
Muchas gracias por leer y para lo que quieras ya sabes que puedes dejar un comentario, mandarme un mensaje privado o lo que consideres oportuno.
Un saludo
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