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¡Muy buenas! ¿Qué tal la semana? Espero que perfecta. Aunque es posible que no lo esté siendo del todo…
Quizás estés harto de tu vida. Agobiado del día a día. Aburrido. Hastiado. Triste,… 🙁
Y puede ser que tengas la idea de emprender rondando por tu cabeza como la solución a tales males.
Es posible que lo que necesites sea un gran cambio y que no quieras conformarte con lo que tienes ahora.
Pero es posible que hasta ahora no te hayas atrevido.
¡Quizás tengas miedo a emprender!
Si es así no te preocupes. Nos ha pasado a todos. Al menos a todos los que no hemos sido educados en el mundo del emprendimiento y sobre todo a los que hemos trabajado mucho tiempo por cuenta ajena.
Tener miedo a emprender es lo natural. No tenerlo es síntoma de inconsciencia, no de valentía.
Y como la mejor forma de vencer al miedo es sacándolo a la luz te invito a que sigas leyendo para ver qué puedes hacer si te da miedo emprender.
¿Por qué tenemos miedo a emprender?
Antes que nada habría que aclarar que el miedo es una emoción primaria y por lo tanto, en mayor o menor medida todas las personas y los animales lo experimentamos.
Básicamente es esa sensación negativa que sentimos cuando percibimos un peligro ya sea real o ficticio, inminente o futuro.
Aunque no es el sitio para profundizar sobre el tema, el miedo es activado en la amígdala por la acción de una hormona llamada vasopresina.
Quiero decir con esto que el miedo es algo real, un proceso físico-químico que está ocurriendo en nuestro organismo, y por lo tanto no es algo que se deba desdeñar con ligereza.
Al contrario, es conveniente entenderlo, saber cómo nos está afectando y aplicar kilotones de raciocinio a nuestro mal llamado “cerebro reptiliano”.
No afrontar los temores es muy peligroso porque el miedo irresoluto acaba provocando cuadros de ansiedad. Y la ansiedad, my friend, al igual que el ministro de hacienda, es uno de los mayores enemigos del emprendedor, ya que destroza nuestra productividad, capacidad de concentración, toma de decisiones, etc.
El miedo a emprender suele estar debido a la inmensa incertidumbre que sufrimos respecto a mil y un factores que lleva aparejado el empoderamiento cuasi total de tu vida.
Veamos algunos ejemplos de lo que hablo. ¿Te apetece?
- Miedos asociados a ti mismo: ¿Y si no soy tan bueno como creo? ¿Y si acabo perdiendo todo el tiempo y el dinero que he invertido en el proyecto? ¿Y si me acabo hartando del proyecto y se convierte en mi prisión?
- Miedos asociados a los demás: ¿Y si a nadie le atrae mi personalidad? ¿Y si acabo haciendo el ridículo más estrepitoso? ¿Y si me convierto en el paria de mi pueblo?
- Miedos asociados al proyecto en si: ¿Y si a nadie le gusta lo que tengo que ofrecer? ¿Y si el mercado cambia y mi proyecto se va al garete? ¿Y si me sale competencia y me comen la tostada?
Estos son sólo algunos ejemplos de los miedos a los que cualquier emprendedor ha de enfrentarse. Si te pones a pensar un par de minutos seguro que te salen dos mil más. Hay para hartarse y/o desmoralizarse.
A lo único que tenemos que temer es al miedo por sí mismo.
Franklin Delano Roosevelt
Pero el miedo, excepto el miedo insuperable que es patológico y requiere tratamiento psicológico, no tiene que suponer el fin de nada.
Al contrario, si lo usas sabiamente te será la mar de útil para analizar, optimizar y solventar los posibles fallos que seguro que tiene tu proyecto.
Depende de tí decidir qué hacer con el miedo a emprender.
O lo usas en tu beneficio, te atas la manta a la cabeza y tiras para delante, o te dejas vencer por esa emoción y te quedas por siempre jamás en el qué hubiese pasado si...
¿Qué camino vas a elegir?
¿Cómo puedo vencer al miedo a emprender?
He aquí el quid de la cuestión. ¿Cómo me deshago de esa sensación desagradable que me impide lanzar ese proyecto que tanto te ilusiona?
Antes que nada me gustaría recalcar que el miedo ni va a, ni tiene que, desaparecer por completo.
El emprendimiento tiene siempre un componente no menor de incertidumbre. Puede ser que vaya mal o que vaya bien. Y ya hemos visto antes, la falta de previsibilidad es uno de los grandes generadores de miedo por causas no inmediatas.
El proceso creador es una montaña rusa emocional. Un día nos creemos Steve Jobs presentando el nuevo Ipad y el otro el Chavo del Ocho vendiendo agua de borrajas.
Somos así. Qué le vamos a hacer…
Pues lo primero es conocernos y saber que todo ese proceso mental por el que estás pasando es el mismo proceso por el que todos y cada uno de los emprendedores cabales y sensatos pasan.
A no ser que seas un emprendedor kamikaze siempre vas a tener miedo a emprender. Pero por suerte existe un Mago en Oz dispuesto a darnos el corazón que necesitamos. Depende de nosotros si andamos o no el camino de baldosas amarillas.
Nuestros sueños pueden convertirse en realidad si los deseamos tanto como para ir tras ellos.
Walt Disney.
Cada uno tiene sus truquillos, pero estos son algunas de las técnicas que a mi me van bien para vencer mi miedo a emprender. Espero que para ti también lo sean:
- No pongas el foco en ti mismo, no eres tan importante. Ten en cuenta que en realidad la gente no se va a fijar tanto en tí como en lo que puedes hacer por ellos. Cambia el paradigma. Olvídate de ti mismo. Céntrate exclusivamente en estar preparado para solucionar el problema de tus posibles clientes de la mejor forma posible.
- Comparte tu idea a cuantas más personas mejor. Cualquier creador está expuesto a la inmisericorde opinión pública y tu no vas a ser una excepción. Al ir comentando tu proyecto recibirás toda clase de críticas. Lo cual tiene dos grandísimas ventajas. Por un lado validarás tu modelo de negocio permitiéndote modificar lo que proceda y aumentando tus posibilidades de éxito. Y por otro te irás acostumbrando a que otros opinen sobre lo que haces, y aunque pudiera no parecerlo es algo fundamental. Saber encajar las críticas, discernir entre las constructivas y las destructivas y desensibilizarte es algo bastante complicado. Piensa en este artículo. Yo le pongo todo mi esfuerzo y mi buena fé, pero puede ser que a tí te parezca un horror. Ir acostumbrándote a recibir feedback sin duda te ayudará a reducir el miedo a lo que puedan pensar los otros cómo el de no saber si tu proyecto tendrá una buena acogida.
- Empieza pequeño y rápido. No le des mil vueltas, no planees y planees sobre unas bases de arena que poco o nada tendrán con la realidad. Cómo propone el Método Lean, crea tu producto mínimo viable (mvp) y sal al ruedo. A medida que vayas complicando tu modelo de negocio más tiempo y recursos tendrás que invertir y por lo tanto más que perder. Y la consecuencia lógica es que mayor será el miedo a emprender. El ser emprendedor se hace, no se nace. Es un proceso lento en el que se va madurando constantemente. Si ves que tu modelo de negocio es mayor del que estás preparado para controlar, lo más probables es que tu proyecto ni siquiera empiece a rodar.
El mejor consejo que puedo darte: ponte en lo peor.
Me gustaría tomarme la libertad de comentarte que es lo que hago yo siempre que me veo en éste tipo de circunstancias.
De hecho es algo que aprendí hace años y que me ha sido extremadamente útil tanto para mi vida personal como para vencer mi miedo a emprender.
Espero que te sea de ayuda. Ya me contarás…
No hay que tener más miedo que a no atreverse a hacer lo que nos hace felices.
A los veintipocos años yo vivía en Londres y en una visita a un amigo me enamoré de París. Así que decidí que quería tener la experiencia de vivir en la capital francesa.
Normalmente tiendo al optimismo y pocas veces me vence la negatividad, pero unos días antes de coger el avión para mi nuevo destino empecé a ponerme muy nervioso.
Yo prácticamente no hablaba nada de francés, no conocía a nadie y no tenía ni idea de cómo iba a hacer para ganarme la idea.
El miedo empezó a hacer de las suyas y empezó a ganarle a la ilusión. Y el tiempo que antes parecía no moverse hacia el día-D, empezó a acelerarse como si quisiera precipitar un fatídico final.
Lo que antes era ilusión se tornó en temor hasta que llegó el momento que me hice la gran pregunta que ya no saldría de mi cabeza.
-¿Qué es lo peor que me puede pasar?
Quizás no pudiera encontrar trabajo, o que no me gustara la ciudad, o que me encontrara con las vicisitudes típicas del inmigrante.
-¿Y qué?
Si por lo que fuera no estaba contento o no me salían las cosas bien siempre podría pillarme un vuelo y volverme a casa.
Tenía unos ahorros en previsión de esa aventura, no tenía hipotecas, ni compromisos, ni a nadie que mantener. Nadie sufriría las consecuencias. A lo sumo me enfrentaría a una mala experiencia.
En ese momento me tranquilicé y me dispuse a afrontar esa nueva etapa de mi vida con alegría.
Al final no me gustó la ciudad ni la vida parisina y un año y medio después le dije “au revoir” a la ciudad de la luz. Pero nunca me he arrepentido de haber vivido la experiencia y si no hubiese superado el miedo hoy no podría decir que hay vida en París, pero no es vida”. 😉
Y con el tema de emprender pasa bastante lo mismo.
Siempre que alguien me comenta si es el momento o si debería dar un giro a su vida y crear un proyecto propio le aconsejo lo mismo.
–Ponte en lo peor que te puede pasar. Si no es el fin del mundo, ha llegado el momento de dar el paso. Si no hay nadie que vaya a sufrir en el corto plazo si las cosas no pasan como deberían pasar, adelante, dalo todo y a lánzate a comerte el mundo.
El montar un negocio no es un proceso inmediato. En el momento en el que una persona toma la decisión de que quiere ser dueño de su destino y lanzar un proyecto propio ya lleva la idea dándole vueltas de forma subconsciente mucho tiempo.
Es como la película Inception, la idea empieza de manera atómica y poco a poco se va consolidando hasta que llega el día de que nos damos cuenta de que es de verdad lo que queremos hacer.
Pero ahora bien, no siempre es posible.
Un cierto margen de riesgo es asumible, pero tampoco se trata de saltar al vacío sin cuerda de seguridad.
Especialmente si hay hijos o personas dependientes de por medio. Ellos tienen derecho a no sufrir y si no se dan unas circunstancias mínimas existen otras formas de llegar al mismo fin. Aunque sea un camino más lento y tortuoso.
Ésto es especialmente posible para proyectos digitales ya que presentan varios beneficios nada desdeñables.
Quizás puedas compatibilizar el trabajo que tengas en ese momento y dedicarle a tu proyecto todas tus horas de ocio hasta que te de unos beneficios suficientes que te demuestren que tu idea funciona.
O quizás haya llegado el momento de apretarse el cinturón lo máximo posible para ahorrar el suficiente dinero para que puedas permitirte un cierto margen hasta que lleguen los beneficios.
Sea como fuere, si estás pensando en emprender pero no te acabas de atrever, prueba, pregúntate qué es lo peor que te puede pasar a x meses vista si las cosas no salen bien, y si la respuesta es nada grave, pues adelante, ¡lucha por tus sueños!
Y por supuesto, si quieres una segunda opinión o quieres compartir lo que sea menester ya sabes que puedes dejarme un comentario o contactar conmigo cuando quieras. Yo encantado de ser de utilidad.
¡Muchas gracias por leer!
Muy buen artículo! Me ha gustado de ponerse en lo peor. Para mi lo peor sería dejar mi puesto de trabajo y que no funcione lo que me gustaría hacer, y al final quedarme sin nada 🙁 . Aquí se dice que más vale pájaro en mano. De todas formas me ha gustado mucho lo que dices y me ha hecho pensar.
Eso ya depende de cada uno. Hay personas más conservadoras y otras menos. A veces solo se trata de que no ha llegado el momento justo todavía. Yo cuando decidí dar el paso no aguantaba más en mi trabajo. También es verdad que cuando uno toma la decisión de instalarse por cuenta propia le cuesta infinitamente más seguir trabajando en un sitio que no lo llene. De todas formas creo que es un error plantearlo en términos de “perderlo todo”. Si tienes una idea y la llevas a cabo con esfuerzo y cariño en realidad lo más importante es lo que aprendes en el proceso. Puede ser que no salga bien el primer proyecto, pero una persona que ya tenga ese bagaje y que haya analizado en profundidad por qué su proyecto no ha funcionado estará infinitamente más preparado y las posibilidades de triunfar se dispararían. De todas formas entiendo que es un tema complicado y que cada persona y cada vida son un mundo. Pero te aseguro que no tiene punto de comparación el despertarte por las mañanas y hacer algo que te guste con trabajar por un sueldo.
¡Muchas gracias Olga por dejar un comentario, de verdad que me alegran el día!
Yo también me estoy uniendo al club de personas que quieren usar internet para crear un negocio propio. Mi situación es la que comentas en el post. Yo ahora mismo no puedo dejar mi trabajo, tengo dos niños pequeños y no está el horno para bollos. Así que todas las tardes le dedico el tiempo que puedo. Por ahora casi todo a formación porque no me siento preparado todavía, pero espero que después del verano ya empiece la cosa a andar. Me alegro mucho que tengas esa postura del ponte en lo peor porque me he visto totalmente reflejado en lo que dices. Muy buen artículo, enhorabuena.
Hola Martin. Lo primero es darte la enhorabuena de haber decidido montar un proyecto propio. Ya verás que es una experiencia genial y quien sabe, si vas creciendo orgánicamente puede llegar el momento que dejes su trabajo por vivir de lo que de verdad te gusta y que seas tu el que decida tu lifestyle. Es algo totalmente posible y cada vez somos más los que optamos por ese camino. Solo comentarte una cosa. La formación es vital, pero no tiene límites. A mi, como a otros muchos como yo nos ha pasado que íbamos postergando el lanzamiento de nuestro proyecto porque nunca nos sentíamos suficientemente formados, y la realidad es que no es así. Lo más seguro es que estés más que preparado. Te saldrán problemas que no sepas resolver, pero para tienes a muchas personas como yo que te podemos echar una mano. Lo fundamental es empezar. Empezar pequeño pero empezar ya. Hoy mejor que mañana. Puedes ponerte una fecha después del verano, pero no lo dejes más. Se ve que el miedo a emprender lo has superado sin problemas y seguro que te va bien. ¡Muchos ánimos y muchas gracias por dejar un comentario!