Hoy abrimos la sección de libros en derivadacero.com. Los libros son una de mis grandes pasiones así que a medida que vaya leyendo dejaré referencias sobre lo que me han parecido y lo que he aprendido con ellos, con la esperanza de serte de ayuda a la hora de elegir tus propias lectiras.
Para empezar he elegido no un clásico entre los clásicos: El Vendedor Más Grande del Mundo, de Og Mandino. A ver que te parece.
El Vendedor Más Grande del Mundo es sin duda uno de los títulos que debes leer si tienes pensado o te estas dedicando ya al mundo de las ventas ya sean online o tradicionales.
No se por qué existe la creencia de que son dos entidades completamente aisladas y que una tienda online y una tienda física nada tienen en común. Y nada más lejos de la realidad, aunque cada una tenga códigos y peculiaridades que son intrínsecas a ellas mismas, al final de los finales, ambas tratan de lo mismo, convencer a una tercera persona de que tu producto o tu servicio merece la pena el desembolso requerido.
Y para muestra nos encontramos El Vendedor Más Grande del Mundo, una obra que al ser escrita en 1968 forzosamente tuvo que ser básicamente pensada para comercios físicos y sin embargo, todas y cada unos de los principios que en ella aparecen son perfectamente trasladables al mundo del comercio online.
Pero centrándonos en la obra, y tanto si estas pensando en comprarla como si quieres refrescar un poco las neuronas te propongo darle un repaso a esta obra imprescindible sobre los principios eternos del mercadeo:
Índice de contenidos:
¿De qué trata El Vendedor Más Grande del Mundo?
Para ponernos en contexto no hay nada mejor que hacer una pequeña sinopsis del Vendedor Más Grande Del Mundo:
Cuenta la leyenda que en tiempos coetáneos de Jesucristo, o sea hace 2015 años, vivía en Oriente Medio un camellero llamado Hafid que deseaba cambiar su profesión a vendedor para conseguir las riquezas necesarias que le permitiesen ganarse los respetos de la familia de su amada y así poder casarse con ella.
Hafid era hijastro de Pathros, un adinerado comerciante, de hecho era considerado el vendedor más grande del mundo, quién a pesar de poseer ingentes riquezas había provisto para su querido hijastro la humildad de la vida de camellero.
Cuando Hafid le presenta a Pathros la tesitura en la que se encuentra, éste encantado accede a concederle el estatus de vendedor y para probar su valía le entrega un manto precioso para que vaya a la pobre Belén a venderlo.
Este, una vez allí, en lugar de venderlo se la regala a una humilde familia de la que se apiada y le regala el manto para que cubran a su bebé recién nacido.
Al volver con Pathros y al contarle lo ocurrido, este en lugar de enfadarse ve en el y en su generosidad la señal que llevaba toda su vida buscando. Sin duda alguna era su querido Hafid con quien debería compartir su secreto: el secreto de como convertirse en El Vendedor Más Grande del Mundo.
Para ello Pathros entrega a Hafid un viejo baúl en el que se encuentran 10 pergaminos con los secretos y verdades que sin duda lo convertirán a el mismo en el vendedor más grande del mundo.
Esas enseñanzas serán para el solamente y hasta que llegue el día que una señal le revele quien debe ser su sucesor, a nadie más le estará permitido desvelar sus enseñanzas.
Hafid, deseoso de escudriñar las verdades que le harían el mejor vendedor del mundo, uno a uno, mes a mes, irá aprendiendo las verdades universales que gobiernan el arte del mercadeo.
¿Que aprenderemos al leer El Vendedor Más Grande del Mundo?
Cómo iba diciendo, el joven Hafid le dedica un mes a cada pergamino de los 10 que encierra el baúl que guarda los secretos para volverse El Vendedor Más Grande del Mundo.
Aviso a navegantes que ahora haré un breve repaso de esos principios. No serán más que eso, un repaso, y no son a modo alguno un sustituto de la obra. Pero si estás pensando en leer el libro y quieres ser tu mismo el que los descubra, es mejor que dejes de leer aquí. Si no, eres más que bienvenido a seguir conmigo.
-Primer Pergamino: “Me formaré en los buenos hábitos y seré esclavo de estos”.
Este pergamino hace referencia a los hábitos y la importancia de estos. Roma no se construyó en un día y los grandes proyectos necesitan de una rutina diaria que los posibilite. Según nos enseña el vendedor más grande mientras que los buenos hábitos conllevan el éxito, los malos hábitos lo hacen irremediablemente al fracaso.
-Segundo Pergamino: “Saludaré este día con amor en mi corazón”.
En este pergamino, Og Mandino nos expone que el amor al prójimo nos hace mejores vendedores. Puede ser que duden de nuestro producto, de nuestro discurso o nuestra apariencia, pero si detectan el amor en nuestro corazón, o sea, si notan que somos buenas personas tendrás mucho ganado.
-Tercer Pergamino: “Persistiré hasta alcanzar el éxito”.
En este pergamino del vendedor más grande del mundo vemos que la perseverancia es la cualidad más importante para que alcancemos el éxito. Ni el talento, ni la suerte, ni los contactos, servirán de nada si no perseveramos en nuestro intento de alcanzar el éxito. Llegarán con certeza problemas, inconvenientes y sinsabores, pero si no nos sobreponemos y seguimos luchando, nunca llegaremos a la meta.
-Cuarto Pergamino: “Soy el mayor milagro de la naturaleza” .
Todos somos seres únicos, y en lugar de caer complejos y tender a la uniformidad, debemos aceptarnos y potenciar dicha singularidad, ya que diferenciarnos del resto, ser nosotros mismos, es lo que nos llevará al éxito.
-Quinto Pergamino: “Viviré este día como si fuera el último día de mi vida”.
Tenemos el tiempo que nos es dado, ni un minuto más. Y cada minuto es irrepetible y nunca volverá. Por eso debemos acostumbrarnos a aprovechar cada momento y no dejar las cosas importantes para después. Tanto el ocio como el trabajo tiene su momento.
-Sexto Pergamino: “Hoy seré dueño de mis emociones”.
Si permitimos que nuestras emociones nos gobiernen en lugar de lo contrario acabaremos fracasando sin remedio. Si no controlamos la tristeza o la ira en el momento de la venta no transmitiremos al cliente las emociones adecuadas y no completaremos nuestros objetivos.
-Séptimo Pergamino: “Me reiré del mundo”.
El vendedor más grande del mundo nos enseña la importancia de tomarnos los problemas con sentido del humor. Las desgracias llegarán, si, pero no merece la pena lamentarse. Mejor sería afrontarlas con buen humor y positivismo.
-Octavo Pergamino: “Hoy multiplicaré mi valor un ciento por ciento”.
Al igual que se puede multiplicar el valor de un producto agregándole valor añadido. En el octavo pergamino aprendemos a que esto mismo tenemos que hacerlo con nosotros mismos. Para ello debemos plantarnos objetivos cada vez más ambiciosos a medida que los vayamos cumpliendo, así conseguiremos aumentar nuestro valor personal.
-Noveno Pergamino: “Mis sueños carecen de valor alguno”.
Este pergamino del vendedor más grande del mundo es muy interesante. No es suficiente con plantearse metas u objetivos, sin un plan de acción que as acompañe no tienen valor alguno. Siempre a cada sueño debe acompañarle una acción, y nunca hay que tener miedo a fracasar. Muy al contrario, de los fracasos se aprende y el conocimiento acaudalado nos servirá para el siguiente intento.
-Décimo Pergamino: “Oraré pidiendo directivas y orientación”.
Este es el último y quizás más controvertido pergamino del vendedor más grande del mundo. En el, Og Mandino, parte de la premisa de que todos tenemos un Dios en el que creemos, pero a ese Dios no debemos pedirle las riquezas materiales per sé, sino la guía necesaria para alcanzarlas por nosotros mismos.
Estás son las 10 reglas según El vendedor más grande del mundo que debemos seguir si queremos triunfar en nuestra carrera de vendedores. Algunas son más obvias que otras, algunas más debatibles, pero todas ellas son sin duda alguna dignas de tener en cuenta y bien haríamos en tomarnos la molestia de reflexionar seria y pausadamente sobre ellas.
¿Qué me ha parecido El Vendedor Más Grande Del Mundo?
Pues bien, he de decir que al principio no me volvió loco.
De hecho me pareció que probablemente me iba a encontrar con uno de esos escritos en los que abunda el discurso vacío, lleno de obviedades, circunloquios, pomposidad y pretensiones, pero que al final de los finales, no deja ningún poso destacable.
Eso me pasó con los primeros capítulos, pero he de admitir que me equivoqué.
A medida que fui leyendo y se fue centrando más en el contenido útil y menos en la historia envolvente creada para amenizar y la lectura de lo transcendente, me fue interesando más.
A ver, que nadie busque encontrar secretos revelados a pocos elegidos. No se trata de eso. En realidad las verdades que te pueden convertir en el vendedor más grande del mundo no son ningún secreto, y a poco que te hayas interesado por el tema todas te resultarán familiares.
Pero viene bien recordarlas. Viene bien verlas en papel. Viene bien reflexionar sobre ellas… De eso no hay duda. Y mal haríamos en obviar lo evidente.
Este tipo de libros tiene el poder de conectarnos con unas ideas que por elementales y básicas solemos relegarlas a un segundo lugar. Y es un error. Las ideas primigenias, las axiomáticas de las que se derivan todas las demás han sido, son y serán, las más importantes.
Así que en realidad me alegro de haber leído EL Vendedor Más Grande Del Mundo. No solo por ser un clásico, y como todos los clásicos es recomendable su lectura. Sino porque de manera amena te hace reflexionar sobre los requisitos del buen comerciante, que al fin y al cabo, de manera más o menos directa, es a lo que nos dedicamos la mayoría.
Quizás haya tenido una repercusión un poco exagerada, pero si no lo has leído yo te lo recomiendo. Además en un par de días como mucho lo tendrás listo y merece la pena el esfuerzo.
Fantástico artículo y fantástico el contenido de los pergaminos. Y personalmente encantada de encontrar una relación entre el comercio, las emociones y el valor humano.
Gracias, Kiko!
¡Hola Ana! ¡Muchísimas gracias por tus palabras!
Totalmente de acuerdo contigo. De hecho, a mi es de las cosas que más me costó cuando empecé con el Marketing Online.
Al principio te da la sensación que es un mundo frío, que se trata de ganar dinero de cualquier forma, cuanto más mejor, y si no lo haces eres un “looser”.
No voy a decir que no haya gente que sea de ese palo, pero también somos muchos que entendemos el emprendimiento como una forma de ayudar a los demás, como una forma de llevar el lifestyle que quieres y como una forma de contribuir al mundo. Evidentemente existe un factor económico pero no es la finalidad, es la consecuencia de haber aportado a otros.
Yo lo entiendo como el karma.
Y para de verdad ser útil tienes que empatizar con tus clientes y ofrecer una ayuda que de verdad sea genuina.
Bueno, que me enrollo, es que con estas cosas me emociono, jeje.
¡Muchas gracias por comentar!
Muy buena la reflexión , y el contenido de los díez pergaminos exelentes , gracias.
¡Muchísimas gracias por el comentario María! Me alegro de que te haya gustado. 🙂
Cuando Mandino habla de Dios se refiere al Dios Judeo cristiano independientemente de que dios tenga el lector.
muy bueno el clásico de Og Mandino, Gran enseñanza en nuestro corazones, aunque con las ventas queremos ganar dinero, debemos alejarnos de la avaricia, para que poseer riqueza haciéndole mal a otro ser