Como a la mayoría a mi tampoco me gusta demasiado hablar de mi mismo. 🙁
Sin embargo, entiendo que es fundamental que me conozcas y quien sabe, lo mismo hasta nos llevamos bien y mantenemos una buena relación.
Vamos a ver si soy capaz de ganarme tu confianza. 🙂
Conmigo empezó todo.
Empezamos por el principio.
Nací una noche de Julio en la que las estrellas brillaban al unísono mientras que una brisa mecía con cautela los cañaverales…
Mejor no tan al principio, ¿no? 😉
Digamos que soy treintañero que se ha llevado muchos años viajando y haciendo de todo.
Desde los 20 años he vivido en Cádiz (de dónde soy), en Londres, en París, en Granada, en Madrid y ahora me encuentro pasando una temporada en Barcelona.
Durante todo ese tiempo he conocido a muchísimas personas y he vivido mil experiencias.
Así que digamos que la zona de “confort” no es de tanto “confort” para mí.
Pero volviendo al tema, de todo aquello lo que más atesoro es conocerme un poco mejor a mi mismo y tener bastante claro tanto lo que quiero como lo que no quiero.
Y por supuesto lo que más quiero es Ser Feliz (como todo el mundo).
Durante años, mientras trabajaba principalmente en hostelería y estudiaba psicología, viví en mis carnes lo que es tener un trabajo que no te motiva, que no te aporta nada aparte de dinero, un trabajo que no te hace feliz.
Y llegó el momento que decidí que costara lo que me costara yo no dedicaría la mayor parte de mi vida a algo en lo que no creyera fervientemente.
Por supuesto siempre puedes hacer algo que te gusta y trabajar por cuenta ajena.
No son incompatibles ni mucho menos.
Pero otra de las cosas que aprendí a fuego es que aunque hubiese ido mejorando el trabajo de lavar sábanas, a hacer camas, a camarero, a botones, a recepcionista o a supervisor; había algo que nunca cambiaba: no era mi negocio.
Me dejaba el alma por empresas que no eran mías, trabajando para gente que no lo agradecía y, lo peor de todo, es que mi opinión no contaba aunque viera que las cosas se hacían mal.
Y era algo que no soportaba.
Cuando llegas al punto que ves que no vas a cambiar nada tienes dos opciones, o te conformas y te institucionalizas, o te vas y te dedicas a otra cosa.
Así que me fui y tomé una decisión: a partir de aquel momento mi vida dependería de mí.
Y me hice emprendedor…
El punto de inflexión.
Bueno de esto hace ya bastantes años.
¿Por dónde iba? A sí, decidí tomar las riendas de mi vida y montar mi propio proyecto.
Evidentemente con mi experiencia de años ofreciendo información turística, gestionando reservas y ayudando a turistas, no se me ocurrió dedicarme al Marketing Online.
Se me ocurrió montar mi propia mini operadora de tours (aunque estuvo también bastante tiempo rondándome montar una empresa especializada en hacer tests psicológicos a niños para que los padres supieran sus potencialidades y carencias).
Así que dicho y hecho. Presto y dispuesto me dispuse a aprender lo que hiciera falta para montar un negocio.
¿Y qué es lo primero que ví que me hacía falta? Pues una página Web.
Y para mi eso fue un antes y después.
Me quedé fascinado de lo que suponían los negocios online, su filosofía, sus posibilidades…
Así que empecé a formarme en Diseño Web, y de ahí me llevó al SEO, al SEM, a Facebook Ads, a la productividad, a los embudos de conversión, a la estrategia, al lifestyle,…
Cada cosa me apasionaba más que la anterior y durante un par de años me formé como nunca en mi vida me había formado.
Pasaba unas 70 horas a la semana probando, toqueteando, leyendo, escuchando y sobre todo aprendiendo.
Fue una época muy intensa.
Incluso estuve planteándome intentar montar una startup, pero después de meditarlo mucho, llegué a la conclusión de que ese no era mi camino.
Mi objetivo era ser feliz haciendo cosas que me motivasen, no forrarme de pasta.
Así que tomé la decisión de que quería ayudar a los pequeños empresarios y autónomos que se dejan la piel peleándose por sacar adelante su sueño.
El montar una empresa para que me la financie gente que no aporta nada más que dinero, perder el control sobre ella y que al final se venda para que esa misma gente se lleve sus buenas comisiones no me interesa para nada.
Y tener un proyecto laboral que se alinee con tu proyecto vital y con tus creencias lo considero algo totalmente fundamental.
Si no acabarás convirtiéndote en algo que no eres y viviendo la vida que nunca quisiste tener.
Es mi opinión.
Así que me puse a colaborar con otros emprendedores y entonces vi lo realmente complicadas que son las nuevas tecnologías para la mayoría de ellos.
La mayoría perdían horas y horas haciéndose sus propias webs con unos resultados evidentemente mediocres, no sabían gestionar sus redes sociales, o establecer una estrategia de captación de clientes, o gestionar sus campañas de publicidad,…
De hecho ni siquiera eran muy conscientes de las posibilidades que ofrece el canal online.
Lo cual es una pena y para mi era muy frustrante sobre todo porque mostraban interés por aprender.
Así que se me ocurrió montar lo que hoy es derivadacero.com y ofrecer herramientas de calidad y todo aquello que cualquier emprendedor del SXXI debe saber a unos precios asequibles para todos.
Mi día a día
Hoy en día como decía, dedico la mayor parte de mis esfuerzos a esta web.
En ella te ofrezco la posibilidad de hacer crecer tu proyecto de forma orgánica gracias al canal digital.
O sea, te ofrezco:
- Una página web profesional con cimientos sólidos para que crezca a medida que crece tu negocio.
- Todo lo necesario para que ésta esté online y en condiciones: hosting, mantenimiento, actualizaciones, seguridad,…
- Cursos de formación con los que aprender como se implementan bien y de forma sencilla las estrategias del marketing online, y un foro de soporte donde puedes preguntarme cualquier duda que tengas.
- Acceso a los proyectos comunes que vayamos creando entre todos.
Si tienes cualquier duda no dejes de visitar la página dónde informo de las membresías, pero aquí me gustaría explicarte un poco por qué hago lo que hago.